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CASA HOTEL NÓMADA
LOTE N° 67
La organización programática que propone esta vivienda se fundamenta en una forma alternativa de habitar en el campo, basada en el disfrute del ocio y el descanso. La casa funciona como dos cuerpos independientes: un primer volumen contiene los programas sociales y un sector privado, y otro más alejado, configura una sucesión de unidades que pueden ocuparse de forma individual.
Pocos elementos, como planos revestidos en piedra natural, la piscina que funciona como espejo de agua, o los patios que aportan verde natural en diálogo con algunas superficies recubiertas en madera, bastan para definir un carácter elegante. Su expresión es sobria y robusta a la vez, y la independencia de los espacios se acentúa gracias a las grandes superficies liberadas que conectan los ambientes.
Esta organización programática es el escenario ideal para ser habitada por huéspedes que buscan intimidad y actividades sociales compartidas.
En el sector principal, tras un ingreso cualificado con áreas de estacionamiento en semicubierto y generosos espacios de guardado, se encuentran la cocina, el comedor y una sala de estar definidas por un plano contundente.
El techo de vigas de hormigón visto y cielorraso de madera apoya en puntos precisos sobre muros de piedra. Además, libera la superficie y el volumen se abre por completo con grandes ventanales empotrados que convierten todo el espacio en un gran semicubierto.
Como una galería en sombra, a un lado linda con un patio lineal cubierto de vegetación, por donde ingresa la luz y el aire, y al otro lado, con la explanada de expansión orientada al norte, la piscina de veinticinco metros y el gran jardín verde. Este patio lineal se define por un muro de ciento cincuenta metros de pirca negra, que aporta textura al interior y limita el contacto directo con la calle y los vecinos.