Una sala de estar, con una cocina apenas perceptible que oculta los artefactos como un gran mobiliario central, conforma el sector social junto con el comedor. Siguiendo una circulación lineal, la tira se completa con dos dormitorios con baño y una habitación principal con doble vestidor y baño privado. Revestidas en ladrillo blanco, las paredes interiores adquieren una tonalidad uniforme y sutil que enfatiza la continuidad de los espacios. El gris del solado y los cielorrasos de hormigón visto, por un lado, y los volúmenes de los servicios recubiertos en enchapado y las ventanas de madera, por el otro, conforman la paleta de materiales armónica, de tonalidades elegantes.
Otro volumen con las misma características, pero abierto, constituye el gran sector de expansión y de sombra. Asentado sobre uno de los laterales, define el jardín y contiene el quincho con asador y la pileta de veinticinco metros de largo, situada en el centro y de manera perpendicular al lote.
Ambos cuerpos se elevan sobre una plataforma baja de hormigón, y se desprenden sutilmente de la vegetación. Frente a una serie de preexistencias valiosas y muy cercanas, la vivienda surge discreta entre los árboles, al tiempo que no pierde apertura al exterior y se conecta directamente con toda su frondosa extensión.